El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viajará mañana martes al estado de Florida para asistir a la inauguración de la ya polémica ‘Alligator Alcatraz’ (Alcatraz caimán), un nuevo centro de detención para migrantes que ha desatado protestas por su ubicación en una zona de alto valor ecológico, en medio de uno de los mayores humedales de la nación.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció este lunes la visita del presidente estadounidense durante una rueda de prensa con motivo de la firma de los presupuestos estatales.
«Cuando el presidente venga mañana será capaz de ver (…) que cuando llevas a gente allí, no hay forma de que escapen a ningún lado», afirmó el republicano DeSantis.
El centro se ubica al suroeste de Miami y tendrá capacidad para albergar hasta 3.000 personas. Su construcción se ha completado en casi dos semanas, el tiempo transcurrido desde que el fiscal general de Florida, James Uthmeier, sugiriera el pasado 18 de junio la idea de retener allí a los migrantes.
Las autoridades han instalado en este lapso decenas de carpas de grandes dimensiones, similares a las empleadas durante la pandemia de la covid-19, sobre la pista de un antiguo aeropuerto abandonado.
Para mantenerse operativa, ‘Alligator Alcatraz’ requerirá alrededor de 450 millones de dólares anuales, informó la portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, en declaraciones recogidas por el medio The New York Times.
El reclusorio hace referencia a la histórica prisión de Alcatraz, que el presidente Trump ha ordenado reabrir en la bahía de San Francisco, y también a los caimanes que rodean el enclave floridano en el que se ubica, que según las autoridades reducirá el riesgo de fuga.
Sin embargo, el proyecto ha recibido criticas por parte de políticos y grupos ambientalistas.
La alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, cuya área de influencia abarca el área donde se ha erigido Alligator Alcatraz, exigió frenar la construcción al asegurar que el condado solo recibirá 20 millones de dólares por la compra del terreno, que está valorado en al menos 190 millones de dólares.
Además, organizaciones ambientalistas demandaron al Gobierno estadounidense y al condado al denunciar que se saltaron las leyes para construir el penal. El centro de reclusion para migrantes se ubica en la zona natural de los Everglades, un paraje de humedales de alto valor ecológico por su amplia diversidad de fauna y vegetación.
Este centro es la muestra más reciente de la estrecha colaboración entre el Gobierno de Florida, encabezado por DeSantis, y Trump. El estado ha sido uno de los más activos en la lucha contra la migración, pese a ser uno de los que cuenta con una mayor proporción de ellos en todo Estados Unidos.
En este sentido, a Alligator Alcatraz se sumará próximamente otro centro de detención migratorio que se constrirá en un campo de la Guardia Nacional al suroeste de la ciudad de Jacksonville, en el norte de Florida.
EFE