Los obispos de la Iglesia católica de Bolivia afirmaron este martes que las elecciones generales previstas para agosto próximo son una oportunidad para «reconstruir» el país, que se encuentra «empobrecido» por el modelo económico del Gobierno de Luis Arce.
Los prelados emitieron un pronunciamiento al concluir la CXVI Asamblea Ordinaria de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) en el que ratificaron sus críticas a la situación económica del país.
«Las próximas elecciones presidenciales son una oportunidad para reconstruir el país y darnos nuevos horizontes», señala el comunicado que fue leído por el secretario general de la CEB, Giovani Arana.
La CEB recordó que el voto es «personal, secreto y libre», por lo que instó a los ciudadanos a ejercer ese derecho «con responsabilidad y coraje» y «rechazando presiones antidemocráticas».
Para los obispos, Bolivia está «destrozada en su identidad cultural y social» y consideraron que las promesas de «reactivación económica» y para reformar la justicia y promover la «reconciliación nacional han quedado vacías», pues se alentó la «institucionalización de la mentira y el engaño» e impera la «demagogia».
«El modelo económico estatal monopolista destruye sistemáticamente la economía y la propiedad privada. En consecuencia, se han carcomido los fundamentos de la democracia y se ha empobrecido y endurecido el país», indicaron.
También lamentaron la pérdida de la disponibilidad de hidrocarburos, cuya venta al exterior fue hasta hace unos años el sustento de la economía boliviana, y cuestionaron el bloqueo de las exportaciones de productos.
Además, alertaron que Bolivia se convirtió en «un país exportador de mano de obra y capital humano» y sostuvieron que «no se puede seguir fomentando el ejercicio del poder político y económico a costa de los más débiles».
«Tenemos un Estado paralizado e internacionalmente descalificado», manifestó la CEB y consideró necesario un «sincero diálogo» en busca de consensos para tener un país «viable, apartando intereses personales y sectoriales».
Los problemas económicos en Bolivia se hicieron evidentes a partir de 2023, con un descenso de las reservas internacionales netas, una persistente escasez de dólares, el encarecimiento de algunos productos básicos y recurrentes problemas para el abastecimiento de combustibles.
En este contexto, los bolivianos están llamados a las urnas el próximo 17 de agosto para elegir a su presidente y vicepresidente y renovar al Legislativo nacional para el próximo quinquenio.
Se prevé que el presidente Luis Arce busque la reelección ante una oposición nuevamente fragmentada en varias candidaturas y la pretensión del exmandatario y exlíder oficialista Evo Morales (2006-2019) de ser candidato con un partido distinto al gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS), por la pelea entre ambos políticos.
Morales insiste en volver a postularse a la Presidencia y asegura que está habilitado para hacerlo, pese a un fallo constitucional que establece que la reelección en Bolivia es por «una única vez» de forma continua o discontinua, y él ya gobernó el país por tres periodos seguidos.
También se conoció recientemente que el actual presidente del Senado, el oficialista Andrónico Rodríguez, será candidato, aunque por ahora no se sabe con qué partido postulará.
Rodríguez, de 36 años, era cercano a Evo Morales y estaba considerado como su sucesor en el liderazgo oficialista. EFE