El movimiento político opositor nicaragüense Unión Democrática Renovadora (Unamos) pidió este jueves al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no deportar a los exiliados nicaragüenses que han solicitado asilo en ese país.
«Ante la creciente preocupación por el futuro de miles de nicaragüenses que han buscado asilo o refugio en Estados Unidos huyendo de la brutal dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Unamos hace un llamado al presidente Donald Trump para que no los desampare», abogó ese movimiento político, presidido por Luis Blandón y Dulce Porras e integrado por disidentes desnacionalizados, entre otros opositores.
«Expulsar a estos exiliados políticos es, sin lugar a duda, condenarlos a la cárcel por motivos políticos o a la desaparición forzada en Nicaragua», advirtió Unamos.
Ese movimiento político, al que pertenece la histórica exguerrillera Dora María Téllez, desnacionalizada por las autoridades nicaragüenses tras ser excarcelada y desterrada a EE.UU. por delitos de «traición a la patria», recordó que desde abril de 2018, «Nicaragua vive una crisis sociopolítica sin precedentes, marcada por la represión sistemática, la persecución de opositores, y graves violaciones a los derechos humanos».
«Miles de nicaragüenses, incluyendo estudiantes, periodistas, defensores de derechos humanos y ciudadanos comunes, se han visto obligados a abandonar su patria para salvar sus vidas y su libertad. Estados Unidos ha sido un faro de esperanza para muchos de ellos», destacó.
Por tanto, Unamos hizo un llamado al presidente Trump y a su Administración para que mantenga la protección para nicaragüenses que han huido de la «dictadura» de Ortega y Murillo, reconozca la «grave» crisis de derechos humanos que atraviesa el país, y desestime cualquier medida que implique la deportación de aquellos que enfrentan un riesgo inminente de cárcel o desaparición forzada en Nicaragua.
Para ese movimiento político, la comunidad nicaragüense en el exilio y las organizaciones que luchan por la democracia y los derechos humanos en Nicaragua, fuera y dentro del país, confían en que Trump «actuará con la sabiduría y la humanidad necesarias para proteger a quienes han puesto su esperanza en la tierra de la libertad».
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las controvertidas elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega, de 79 años y en el poder desde 2007, fue reelegido para un quinto mandato -el cuarto consecutivo-, con sus principales contendientes en prisión y a los que luego expulsó del país, y los privó de su nacionalidad y de sus derechos políticos tras acusarlos de «golpistas» y de «traición a la patria». EFE