El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, superó este jueves una segunda intervención en el hospital, luego de que lo operaran de urgencia el martes por una hemorragia intracraneal.
«La intervención fue con éxito» y «el presidente está despierto y conversando», dijo a periodistas uno de los médicos de Lula, Roberto Kalil, quien ayer había explicado que se trataba de un cateterismo de «bajo riesgo» para «minimizar el riesgo de futuros sangramientos». Esta nueva cirugía consistió en una embolización de la arteria meníngea media, utilizando una técnica endovascular, publica Infobae.
«La arteria meníngea media es una arteria que suministra sangre a las meninges, las membranas que recubren y protegen el cerebro. Como se encuentra dentro del cráneo, cualquier daño o ruptura de esta arteria puede provocar hemorragias subdurales (sangrado entre el cerebro y las meninges)», comenzó a explicar el doctor Alejandro Andersson, neurólogo, director médico del Instituto de Neurología Buenos Aires (INBA). Siendo que «la embolización es un procedimiento endovascular, lo que significa que se realiza dentro de los vasos sanguíneos».
También explicaron los doctores Roberto Kalil Filho y Ana Helena Germoglio, que el presidente brasileño acudió al hospital inicialmente con dolores de cabeza y un sangrado de tres centímetros localizado entre el cráneo y el cerebro, y fue diagnosticado mediante una resonancia magnética. Aunque fue drenado exitosamente, esta arteria puede quedar debilitada. En palabras del doctor Marcos Stavale, parte del equipo médico del mandatario, «cuando uno se golpea la cabeza, la hemorragia no se produce en el lugar del golpe, sino que es causada por la sacudida del cerebro, ya que este se mueve dentro del cráneo».
El último boletín del centro médico, emitido este miércoles, señaló que Lula continúa bajo cuidados intensivos y que se encuentra «bien». Durante el día «realizó fisioterapia, caminó y recibió visitas de familiares».
Horas antes, el hospital indicó que Lula mantenía una evolución «sin incidentes».
El gobernante brasileño estaba «lúcido, orientado y conversando» y «pasó la noche bien», según el primer boletín de este miércoles, que también informaba de que seguía con el drenaje mientras aguardaba «nuevos exámenes de rutina».
El líder progresista se empezó a encontrar mal en la tarde del lunes y esa noche acudió a la unidad del Sirio Libanés de Brasilia con «dolores de cabeza». Allí se sometió a una resonancia magnética que constató «un sangrado» de «tres centímetros» entre el cráneo y el cerebro, por lo que fue trasladado de urgencia a São Paulo para ser intervenido.
El hematoma es fruto de la caída que sufrió el pasado 19 de octubre en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia, cuando se golpeó la cabeza en el baño y tuvo que recibir cinco puntos de sutura en la nuca.
Con información de Infobae / EFE