Estados Unidos y China han acordado reducir un 115 % los aranceles recíprocos que se habían impuesto, con lo que las importaciones chinas pasarán a pagar un arancel del 30 %, mientras que las los productos estadounidenses pagarán un derecho de aduana del 10 %, anunció este lunes el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent.
Esta reducción estará inicialmente en vigor durante noventa días, mientras ambas partes continúan negociando una desescalada definitiva.
El alto representante comercial de este país, Jamieson Greer, dijo que en las negociaciones del fin de semana se pudo abordar por primer vez de forma directa con China la epidemia de consumo del fentanilo en EE.UU., en relación a lo cual este país ha pedido a China que tome medidas drásticas contra la producción y exportación ilegal de los químicos que permiten su elaboración.
«Hubo un compromiso sorprendente al abordarse la crisis del fentanilo. Era la primer vez que China entendió la magnitud de lo que pasa en Estados Unidos», comentó.
Bessent se mostró muy satisfecho con el resultado de los dos días de reuniones con China, destacando la voluntad que mostró de avanzar en estas discusiones y el respeto mutuo que imperó en todo momento.
Valoró que uno de los aspectos más positivos que han resultado de los encuentros directos entre China y Estados Unidos ha sido su utilidad para «reparas las relaciones que se habían dañado» por esta guerra comercial.
El secretario del Tesoro agregó que ahora ambos países cuentan con un mecanismo de consulta que permitirá «evitar» otra agresiva escalada comercial como la registrada en los dos últimos meses. EFE