Diez años después, el asesinato en Buenos Aires del fiscal Alberto Nisman sigue sin ser esclarecido y continúa envuelto en un empantanado laberinto de causas judiciales que no han logrado siquiera formular una hipótesis clara sobre las circunstancias del fallecimiento.
El hallazgo del cuerpo de Nisman sin vida y con un disparo en la cabeza en el baño de su casa desató el 18 de enero de 2015 un terremoto político en Argentina.
No se trataba solo del fiscal que investigaba el mayor atentado en la historia del país -ocurrido en 1994 contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) y que causó 85 muertos-, era también el hombre que el día siguiente iba a exponer en el Congreso la denuncia por el encubrimiento de dicho ataque que había presentado esa misma semana contra la entonces presidenta, Cristina Fernández (2007-2015).
Diez años sin respuestas
Desde aquel día, la causa por la muerte de Nisman ha pasado por distintos jueces y fiscales que no han podido formular respuestas contundentes y hasta han recibido informes periciales contradictorios, que llevaron primero a sospechar que se trató de un suicidio y luego a investigar sobre la hipótesis del homicidio.
El repudio de la sociedad ante el fallecimiento del fiscal se materializó en una multitudinaria protesta días después en Buenos Aires exigiendo justicia y, según algunos analistas, también en los comicios presidenciales de noviembre de 2015, en los que el candidato oficialista, Daniel Scioli, sufrió una ajustada derrota ante el opositor Mauricio Macri.
Investigación como homicidio
Diez años después, la muerte de Nisman es investigada como un homicidio por la Justicia federal, que analiza en paralelo una serie de irregularidades en la escena tras el hallazgo del cuerpo y que ha procesado a cinco personas: sus cuatro custodios por incumplimiento de sus funciones y un allegado del fiscal como partícipe necesario, por haberle entregado el arma que provocó su muerte.
En un informe publicado la semana pasada, el fiscal a cargo de la causa ratificó la hipótesis del homicidio y que la muerte de Nisman estuvo motivada por su labor en la investigación del atentado y su denuncia de encubrimiento.
«Yo creo que todos los indicios apuntan a que fue un homicidio y la investigación hoy está señalando a espías vinculados con el kirchnerismo y a un sector de la Inteligencia y del Ejército», explica a EFE el periodista Hernán Cappiello, que estuvo con el fiscal 48 horas antes de su fallecimiento y ha seguido de cerca el avance del caso.
Cappiello destaca la presencia de un virus en el teléfono móvil de Nisman, una serie de llamadas inusuales entre agentes de inteligencia antes del hallazgo del cuerpo y la posible alteración de la escena.
Además, enfatiza que la muerte se produjo en un contexto de fuertes tensiones dentro de los organismos de Inteligencia desencadenados por la decisión de la entonces presidenta de remover la cúpula de la Secretaría de Inteligencia de Estado.
Con información de EFE